DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 6.2-7.
Es una oración de súplica, en este caso de una persona enferma. Dentro de los Salmos de súplica, hay súplicas individuales y súplicas colectivas, y encontramos 7 salmos penitenciales, los cuales son: salmo 6, 32, 38, 51, 102, 130 y 143.
Debemos recordar que los salmos fueron escribiéndose a través de la historia del pueblo de Israel, fueron oraciones o canciones escritas en un momento específico de una vivencia, por lo tanto, reflejan el crecimiento del conocimiento de Dios y la formación de las creencias a través de los tiempos; por eso la Biblia no es un libro de normas común y corriente, es un registro de experiencias humanas en su relación con Dios; de ahí que las creencias se fueron forjando conforme Dios fue mostrándose a sí mismo, algunas creencias como “la vida después de la muerte”, o “la enfermedad como castigo de Dios”, “el amor al prójimo”, se concretaron con la venida de Cristo, Jesús cambia el significado de la enfermedad, sucede para que se muestre la gloria de Dios; la muerte tiene esperanza en Cristo, dejó de ser un lugar oscuro del que no se puede volver.
Por eso al leer los salmos debemos entender el contexto. En este caso David está enfermo, ruega compasión de parte de Dios, cree que es un castigo que viene de Dios, entonces suplica por salvación. La confianza de David con Dios es nuestra inspiración, en su diálogo le recuerda que si él muere ya Dios no disfrutará de la alabanza hecha con amor. No había en ese momento un concepto de vida después de la muerte. El final del salmo refleja aún más de las creencias de aquellos momentos, y es “el qué dirán mis enemigos”, el temor a que el enemigo saque provecho de mi condición. Todo eso cambió con Jesús, quien sanó a todo aquel que se acercó con confianza.