DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 9.19-20. Y Salmo 10.12-14.
Estos dos Salmos, en las versiones griega o Septuaginta y la Latina o Vulgata Latina, los consideran como un solo Salmo. Parece tener una unidad temática, por eso los estudiamos juntos.
Es una combinación de un salmo de acción de gracias y uno de súplica, ese contenido lo vemos en ambos salmos. El tema central es El Señor es el Rey de toda la tierra, el juzga las naciones y su juicio es justo, por eso acuden a Él, los indefensos, los huérfanos, los humildes, los oprimidos.
La oración tiene una estructura de tipo alfabético, significa que las estrofas, en hebreo, empiezan con una letra del alfabeto hebreo, eso no siempre se puede lograr al traducir la Biblia a otras lenguas como el español, pero saberlo nos ayuda a entenderlo y en la antigüedad ayudaba a aprender de memoria el salmo.
Empieza con expresiones de alabanza y adoración al Nombre de Dios, como El Altísimo, es uno de los nombres más antiguos que se le atribuye a Dios y expresa su dominio y autoridad sobre todo lo que existe. El salmo nos recuerda que Dios es Dios sobre malos y buenos, es el Dios que da a cada uno lo que merecen sus acciones, juzga la tierra con justicia, hay alegría y seguridad cuando tenemos una profunda confianza en el Señor; por eso nos dice: “Señor, los que te conocen confían en ti…” (9.10) y “Señor, tú escuchas la oración de los humildes, tú los animas y los atiendes.” (10.17).
La lección es que en medio del crecimiento de la maldad, de una humanidad que desafía a Dios, respondemos ante Dios por nuestros actos y aunque el malvado parece tener dominio sobre la tierra, quien realmente tiene todo dominio y autoridad es EL SEÑOR y el que se atreve a confiar en Dios, ese vive en seguridad y sabe que Dios le atiende siempre.