DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 25. 1-3
Este es un salmo alfabético o de acróstico, eso significa utiliza las letras del alfabeto hebreo al inicio de cada frase. Consta de cinco estrofas y se pueden identificar reflexiones de tipo sapiencial es decir consejos para tener sabiduría, expresiones de súplica individual y oración de confianza.
La primera estrofa es una súplica individual, con una oración de profunda confianza. El escritor tiene tres preocupaciones, la primera no quiere ser avergonzado, «¡Dios mío en ti confío! No sea yo avergonzado», la segunda que no le falle su confianza en Dios, así que hace una declaración de confianza en Dios y la tercera el siente digno de la protección de Dios y espera que Dios juzgue su situación.
Termina la estrofa haciendo una conclusión, Dios juzgará la situación, si el que hace la oración ha actuado bien lo defenderá y Dios se ocupará de quien busca su daño. Solo esta estrofa nos enseña la importancia de conocer a Dios y tener una relación personal con Él; es la confianza en Dios Santo, quien se llama a sí mismo Justo, porque ambas cualidades de Dios actúan juntas, porque Dios es Santo es justo y es justo porque da a cada uno lo que merecen sus acciones y eso le hace Santo.