DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 33. 1-3
Es un canto de alabanzas a Dios porque él gobierna sobre toda la tierra con sabiduría, justicia y amor. No hay un gobernante más fiel que Dios. El salmo invita a alabarlo con todo tipo de instrumentos musicales, pero nos recuerda la importancia de ser una persona íntegra para adorarle. Nos invita a revisarnos a nosotros mismos antes de levantar nuestras manos y nuestra voz en alabanza y adoración; el comportamiento de quien alaba o adora a Dios debe ser impecable, porque Dios es digno de adoración sublime, recordemos que Él es Santo y pide santidad ante su presencia.
Moisés le explicó a Aarón, cuando sus hijos murieron por presentar una adoración que Dios no había solicitado, primero estaban ebrios y segundo no se cuidaron de obedecer a Dios… Esto es lo que el Señor quería decir cuando dijo: «A los que se acercan a mí les mostraré mi santidad, y a todos los israelitas les mostraré mi gloria.» Levítico 10.3
A Dios le agrada ser alabado, pero debemos acercarnos a Él en completo respeto, reconociendo su Santidad. Quien dirige alabanza a Dios muestra la gloria de Él. En Hebreos 4.16, el escritor nos enseña que podemos acercarnos con confianza, pero a la vez con el debido respeto por su Santidad. «Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.»