DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 39. 7-13
Tal parece que este salmo fue escrito cuando David huía de su hijo Absalón. Recordemos que la situación familiar de David vino como consecuencia de haberse aprovechado de su autoridad mandando a traer una mujer casada para abusar de ella y luego mandar a matar a su marido; Dios lo perdona, pero le dice que debe castigarlo por su proceder y verá repetirse el mal que ocasionó en toda su familia.
Así, ve a su hija ser violada por su hermano, igual como él había violado a una mujer inocente, ve a uno de sus hijos matar al hijo mayor, de la misma forma que para Dios, David había dado la orden de matar a Urías, ambos eran hijos de Dios, David y Urías, David siendo hijo de Dios mandó a matar a Urías otro hijo de Dios sin importar su posición social, para Dios ambos eran sus hijos; y ahora, su hijo Absalón le quita el reino, lo hace huir, el castigo que merecía por su pecado era la muerte, la sentencia la había dado David mismo, pero Dios le quitará el reinado, y ante su arrepentimiento Dios lo perdona. Por eso David debe callar, reflexiona sobre sus caminos, y ruega que Dios le libre de sus pecados y que libre al muchacho.
En silencio llevó el castigo que, en lo profundo de su corazón, sabía que se merecía. La enfermedad o sufrimiento no siempre son por causa del pecado, pero el creyente debe preguntar a Dios y examinarse en forma transparente ante Él. Termina haciendo una reflexión, somos peregrinos en esta tierra, estamos de paso; Dios no tiene prisa, él es el dueño del tiempo, pero para nosotros el tiempo pasa, la vida es corta y por eso supliquemos ante su presencia para que nuestro corazón guarde su Palabra y le obedezcamos; de esa forma vivir bien vivida una vida tan corta como la nuestra.