DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 69. 22-28
Esta sección es una oración difícil de entender, se llama imprecación, tiene lecciones importantes. A veces somos cristianos y tenemos malas actitudes, mal comportamiento, no actuamos según los principios y valores enseñados por la Palabra de Dios, reafirmados por Jesús en su predicación. Este salmo nos invita a ser de «una sola cara», o somos o no somos.
Una discusión entre hermanos pone al padre de familia en una condición difícil, debe juzgar la situación, debe ser justo en su juicio y normalmente todos reciben su merecido. En el cristianismo, todos somos hermanos, cuando dos cristianos tienen una discordia, debemos recordar que tenemos un mismo Padre, nuestra oración debe ir dirigida a Dios quien juzgue la situación.
El escritor pide a Dios que los mal intencionados caigan en sus propias trampas, que se enreden en sus malas intenciones. Ahora pensemos sobre nosotros mismos, como cristianos es un mandato tener un corazón limpio, se refiere a las intenciones más profundas cuando vamos a actuar hacia otro creyente o hacia tu prójimo. Pensemos si nuestros actos producen que otro creyente entre en un sufrimiento tal que termine haciendo una oración de ese tipo. Jesús enseñó, «si alguien te quiere quitar la capa, entrégale también la camisa» Mateo 5.
No se refería solo a un ladrón, se refería también a actos donde nos ofenden, donde nos desprecian, era una invitación a reaccionar con humildad, sobre todo cuando hieren nuestro ego. Piensa como seguidor de Cristo, actúa como seguidor de Cristo, habla como seguidor de Cristo y este mundo cambiará.